Día 182
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.
Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.
En otra entrada ya hable
un poco del Opus Dei, pero ahora
comentaré la entrada de Silas, uno de nuestros personajes en esta novela, a la
congregación. Silas fue ingresado por un creyente que lo ayudó en un momento
crucial en su vida: cuando se escapó de la cárcel. Así que por unas
coincidencias con la biblia, Silas decide seguir las enseñanzas de Dios con su
ejemplo, así que decide hace el voto de celibato y otros cambios radicales a su
vida. Todo esto con base en lo que recordó que su maestro le dijo:
“ <<La medida de tu fe es la medida del dolor
que seas capaz de sorportar […]”(p.116)
Y como Silas sabía mucho del dolor, se
dedicó en cuerpo y alma a su misión. Así que la voluntad en este caso fue
totalmente de Silas y por ello perdió su nombre original para recibir en el
Silas y dedicar su vida al creador.
Si pensamos en el caso de Silas,
podremos identificarlo con algunas personas que también han sufrido en sus
vidas y que al momento de acercarse a una creencia, del tipo que sea, como religiosas,
moral, filosófica, etc., se vuelven muy fanáticos, porque me imagino que al
sentirse sufrientes de tiempo completo, creen que son merecedores de la gloria
divina, y que por ello su fe se pierde para llegar al fanatismo, cayendo en la
cegueras total. ¿Crees que sea así? Parece que sí.[1]
[1]
La imagen mostrada fue tomada
de http://es.dreamstime.com/im%C3%A1genes-de-archivo-libres-de-regal%C3%ADas-fan%C3%A1tico-religioso-image9923319
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