Día 216
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.
Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.
¿Quién no ha oído
hablar de uno de lo textos más famosos de la historia: La Biblia[1]?
Yo estoy segura que la mayoría de los mexicanos (y del mundo entero) sí han
escuchado sobre ella, pero ¿quién la ha leído?
“ […] La Biblia
representa una guía fundamental para millones de personas en todo el planeta, de
un modo parecido a lo que representan el Corán, la Torah y e Canon Pali para
las personas de otras religiones.[…] ” (p.505)
Yo sólo he leído
fragmentos y no en un tono de guía, sino de estudio antropológico. Sé que en
muchas familias es tradición tener una en casa, si es grande y de gran volumen
mejor, abierta encima de un atril en un apartado en especial; no sé qué significado
tenga esto, ni gran parte de los textos bíblicos, pero sé que si uno se
considera creyente cristiano, católico, judíos, es algo que se debería saber,
pero el no saberlo no nos convierte en no creyentes.
No olvidemos que al
ser un texto considerado sagrado, muchas personas ven como una ofensa el
criticar o no admitir lo dicho aquí; con esto corremos el riesgo que ser
fanáticos y poco flexibles ante lo que creemos como “la verdad” y que debemos
tener en cuenta que es un relato, que puede ser guía o no; el conocerlo o no, el
tenerlo o no, no nos hace mejores o peores personas porque lo que importa es el
comportamiento y no el aprendizaje de memoria
del mismo. ¿Conoces algún pasaje bíblico que quieras compartir?[2]
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