Día 246
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Vallamos donde
vallamos, estemos con quien estemos, el tiempo que permanezcamos en un lugar o
con algunas personas, familiares o no, por el sólo hecho de compartir un
espacio (casa, oficina, camión, fila, etc.) nos ha de llevar a tener
experiencias que bien pueden ser agradables o, por el contrario, llenas de
problemas. La convivencia, en familia o comunidad, es complicada porque cada
uno de los integrantes, al ser sujetos independientes con un carácter, sistema
de valores e ideas propias, crees o quieren tener la autoridad máxima para decidir,
opinar y actuar por los demás. El gran problema es el poder mismo; la poca
capacidad que tenemos de empatía hacia los demás, nos ciega a ver la verdadera
realidad:
“La persona que desea
abandonar el lugar en donde vive no es feliz. Por eso Tomás aceptó el deseo de
emigrar de Teresa, como el culpable acepta la condena.” (p.31)
Aunque me surgen varias
preguntas al respecto: ¿Cuándo uno siente que las cosas no salen bien, que
tiene problemas, ya sea en casa o trabajo, la verdadera solución es alejarnos? O
¿no será a caso que el problema es uno y no lo puede ver o aceptar? A la pareja
del relato, cambiar de ciudad no le ayuda en nada, porque las cosas, más
temprano que tarde, vuelven a estar mal, y no dudo que a uno le llegara a pasar
lo mismo. Cambiamos de “ambiente” con la ilusión de que será “mejor” y resulta
que es lo mismo o peor. ¿Por qué será que creemos que los demás tiene que ser considerados,
amables, amorosos, amistosos, fieles y/o sonrientes para sentirnos
comprendidos, apapachados, amados, valorados? Como si nuestra tranquilidad y
felicidades dependiera de los demás más que de uno mismo. Así que si cambiamos
de cede y las cosas siguen igual o peor, es hora de preguntarnos quién es el
verdadero problema. ¿No crees? [1]
[1] La imagen fue tomada de http://www.maestrosdelweb.com/editorial/consejos-para-crear-normas-de-convivencia/
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