Día 265
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.

“[…] pero las mujeres
no se apartaban. Miraban hacia adelante con dureza cada una de ellas esperaba que las otras
reconociese su debilidad y retrocediese. El encuentro entre paraguas era una
prueba de fuerzas. Teresa al principio de apartaba, pero cuando comprendió que
amabilidad nunca era correspondida, cogió el paraguas con la misma fuerza que
als demás. Varias veces chocó violentamente contra el paraguas de enfrente,
pero nadie dijo <<disculpa>>. Por lo general nadie decía nada, dos
o tres veces oyó decir <<¡imbécil!>> o <<¡mierda!>>. […]”
(pp.136-137)
Esta escena, aunque
no se desarrolla en el metro, sí refleja claramente lo que pasa en el. La lucha
entre cuerpos que no se tocan, pero casi chocan, es tan frecuente que nos hace
sentir prácticamente la respiración y energía del otro. La lucha constante ante
la vida en una ciudad.
Que lástima que este
encuentro tan cercano de personas, no sea utilizado como una manera de entender
y compartir nuestra estancia en esta ciudad, sino como un campo de poder en
donde gana el más altanero. Así que mi próxima visita a éste trataré de
alejarme de los pasajeros agresivos, no vaya ha ser que me contagie también.[1]
[1] La imagen fue tomada de http://www.animalpolitico.com/2012/08/las-estaciones-del-metro-mas-conflictivas/#axzz2E95s0CKk
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