Día 269
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Las leyes y normas
sociales fueron creadas para tener orden en la relación entre los individuos.
Imaginemos una sociedad sin ellas, seguramente sería un caos, porque cada quien
haría lo que quisiera sin importar, ni pensar, en los demás. Por desgracia estas no son siempre llevadas a
cabalidad, y los casos de egoísmo e injusticia, siguen siendo parte de la convivencia
entre los individuos; y en muchos sentidos en México parece que van en aumento
junto con el egoísmo.
“[…] ¿es inocente el
hombre cuando no sabe?, ¿un idiota que ocupa el trono está libre de toda culpa
sólo por ser idiota?” (p.177)
Se dice que alguien
es culpable aunque violara la ley sin saberlo. El desconocimiento no es una
justificación para no dejar de ser enjuiciado por algún delito cometido.
Aunque, si mal no me equivoco (si eres abogado y es mentira no dudes en hacérmelo
saber) no es lo mismo hacerlo con premeditación que por imprudencia.
Si tratamos de
pensarnos como jueces, seguramente (no lo sé totalmente) sería importante saber
si la persona sabía o no lo que se hacía; si fue planeado o no, sí se tiene
conciencia de lo hecho o no, etc. Para poder dictar una sentencia. Por
desgracia en nuestro país parece que cada vez más personas, actúan con gran alevosía
y ventaja. [1]
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