martes, 19 de marzo de 2013

Cuerpo presente, mente ausente


Día 365+6
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.


Continuando con aquello de los proyectos que hacemos y empezamos a realizar, ¿qué pasa cuando no podemos continuar, o sentimos que no somos buenos en eso que decidimos hacer? Recuerdo que hace algunos años (aún ahora me pasa pero ya es menos) cuando empezaba a leer, sentía que no era lo mío, que no comprendía nada y por lo tanto se volvía algo tedioso y aburrido, pero la nota trascribo a continuación, me hizo pensar que en muchas ocasiones esto es precisamente me pasó y seguramente a los demás también, no sólo con la lectura, sino con cualquier actividad que realicemos:


"Hay que hacer las cosas, como decía un amigo mío que es profesor, ¡no de cuerpo presente y de mente ausente! [...]" (p.49)



Seguramente te sentirás identificado con el siguiente ejemplo: Tomas ese libro que tienes la buena intención de leer, desde hace varios meses o hasta años, un día que tienes un poco de tiempo dentro de las múltiples actividades diarias, preparas todo para que haya intervenciones, te sientas en un sillón cómodo y cuando plácidamente empiezas la lectura, lees pero no lees porque por la mente empiezan a pasar mil y un ideas que van desde pendientes, chistes, preguntas, dudas, etc. Así que después de dos o tres intentos por concentrarte no logras hacerlo y terminas dejando para otro día la lectura.


Esto es precisamente lo que nos pasa cuando sentimos que algo no lo hacemos bien, nuestra mente no está en lo que tenemos que estar. Permitimos que las preocupaciones, pendientes y compromisos se adueñen de nuestro ahora, de los pensamientos. No es que no tengamos la capacidad para realizar lo decidió, pero no tenemos toda nuestra atención en ello, y esto hace la gran diferencia. ¿Qué podemos hacer para que nuestra mente no permita que pensamientos distractores nos roben en ahora? Hay varios métodos, yo intento hacerlo consciente y en el momento en que me descubro distraída, empiezo de nuevo. ¿Tú cómo lo logras?[1]



















[1] La imagen fue tomada de http://teoriassociologicasunolosclasicos.blogspot.mx/2010/11/cambio-horarios-atencion-roberto-von.html

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