Día 365+22
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.
Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.
Muchas personas decimos que deseamos un descanso, con urgencia,
por la extenuante vida rutinaria que se lleva, entre ir y venir tan
aceleradamente. La neurosis se hace presente, y me ha tocado ver y oír quién en
temporada de vacaciones de los hijos, esto se hace aún más pesado, desean con
ansia que regresen a clases. ¿Esto quiere decir que es mejor eliminar las
rutinas?
"Pero, ¿qué ocurre con estos padres que viven con
tanta prisa y tienen tanto que realizar, qué. no tiene rutinas y nunca
descansan de ser padres? Porque la consecuencia de eliminar las rutinas de la
vida del niño es que el padre nunca tiene un descanso.[...]" (p.32)
Cuando leía este pasaje, recordaba en especial el año que
vivimos, mi hermana y yo, con mis abuelitos maternos. Con ellos la rutinas era
clara: sabíamos cuando comer, jugar, estudiar y dormir. Y creo que ahora
entiendo como los padres de antaño podían con 5, 8 o 10 hijos. La receta, en
parte, era la rutina.
Insisto en que no creo que la educación autoritaria sea
la mejor ni la correcta, pero sí hay cosas como la rutina, que debemos rescatar
para ser padres descansados y más sanos en todos los aspectos. ¿O a ti no te
dan ganas de descansar de tus hijos? Seguramente sí, y la rutina puede ser la
diferencia entre el cielo y el infierno. [1]
Día 365+21. Está
noche escribo rápido en mi blog, ¿por qué? como que algo empuja a hacerlo así. ¿Cómo
salir de este terrible remolino? Espero no los apresure.
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