jueves, 13 de junio de 2013

Sin autodominio

Día 365+92
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.



Los seres humanos vivimos actuando, y actuamos viviendo. Pero este actuar 
va cambiando de edad en edad, por ejemplo, cuando somos muy pequeño jugamos con plastilina y cuando ya somos grandes jugamos a los novios.  Pero, ¿qué es lo que nos hace actuar de una forma y no de otra? es comprensible que cuando se es muy joven se cometen errores que en muchas ocasiones no son intencionales sino parte de la inexperiencia.  ¿Qué pasa cuando somos adultos? ¿También se puede justificar un error, con los mismos argumentos que cuando se es joven?



“[…] Últimamente, durante estas dos o tres semanas, no me he sentido bien: nervioso, irritable, sumido en todo género de fantasías, hay ocasiones en que pierdo por completo el dominio de mi mismo. […] (p.59)



Si pensamos un poco en la cita anterior, podríamos decir que está al punto de la locura este personaje, porque es movido por algo ajeno a él, desde adentro, algo externo y carece de autocontrol. Seguramente has oído el discurso utilizado en algunas ocasiones para explicar, por ejemplo, el actuar de un presidiario que mató a su novia,  diciendo que fue presa ciega de su ira.[1]










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