Día 365+92
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.
va
cambiando de edad en edad, por ejemplo, cuando somos muy pequeño jugamos con
plastilina y cuando ya somos grandes jugamos a los novios. Pero, ¿qué es lo que nos hace actuar de una
forma y no de otra? es comprensible que cuando se es muy joven se cometen
errores que en muchas ocasiones no son intencionales sino parte de la
inexperiencia. ¿Qué pasa cuando somos
adultos? ¿También se puede justificar un error, con los mismos argumentos que
cuando se es joven?
“[…] Últimamente,
durante estas dos o tres semanas, no me he sentido bien: nervioso, irritable,
sumido en todo género de fantasías, hay ocasiones en que pierdo por completo el
dominio de mi mismo. […] (p.59)
Si
pensamos un poco en la cita anterior, podríamos decir que está al punto de la
locura este personaje, porque es movido por algo ajeno a él, desde adentro, algo
externo y carece de autocontrol. Seguramente has oído el discurso utilizado en
algunas ocasiones para explicar, por ejemplo, el actuar de un presidiario que
mató a su novia, diciendo que fue presa
ciega de su ira.[1]
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