sábado, 11 de enero de 2014

Inexpertos en acción

Día 365+305
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





El deseo desesperado, y en muchas ocasiones la propia exigencia, de la libertad a una edad joven, es algo que a todos de una u otra manera se nos presenta. Si recordamos un poco de nuestras exigencias infantiles son del tipo de que ya no somos unos niños y que deseamos salir como queramos, vestir como deseamos, convivir con quien elijamos; pero todas estas exigencias están basadas solamente en ese impulso juvenil de vivir y no sobre una base experimental.



“Además de esta complacencia narcisistas, algunas jóvenes experimentan más concretamente la necesidad de un guía, de un maestro. En el momento en que escapan a la influencia de los padres, se encuentran embarazadas por una anatomía a la que n están habituadas, y no saben hacer de ella sino un uso negativo; caen en el capricho y la extravagancia; desean desistir nuevamente de su libertad.[…]” (p.290)



La inexperiencia juvenil nos hace creer que hacer algunas cosas como viajar, casarnos, trabajar, tener hijos, etc., es lo más sencillo del mundo, que sólo es cuestión hacerlo y ya, y que los resultados serán inmediatos, como por arte de magia. Pero de lo que no tenemos conciencia es de que al carecer de experiencia, que es la que nos muestra las dificultades y posibles soluciones a los problemas, en realidad partimos a una vivir “x” cosa pero desde la ilusión, el deseo y la imaginación.


Seguramente te habrá pasado que por ejemplo tienes una pareja y tu mamá, papá, hermanos o familiares te dice que no hables con el todo el tiempo, que se den tiempo, etc., pero al ser muy joven se cree que todas las recomendaciones, consejos, regaños y prohibiciones se hacen por molestar, por no dejar vivir, siendo que el realidad es un beneficio para el inexperto. O también suele pasar que cuando un joven abandona su hogar familiar, se inclina a los consejos de un tercero, ajeno a la familia, porque es cuando sale a la luz dicha inexperiencia. ¿Qué opinas, te ha pasado?[1]

















[1] La imagen fue tomada de http://habitantedemal.blogspot.mx/

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