Día 365+171
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Los seres humanos somos parte de la Naturaleza, un ser
vivo más; pero también pertenecemos a algo que no es propiamente natural, sino
lo que aprendemos, con lo que nacemos, lo que construimos: nuestra cultura. Esta
se nutre de las creencias, usos, costumbres, normas, etc. Que día a día se
repiten, y que a demás se pasan de generación en generación, como es bien
sabido. Si hablamos de las mujeres desde nuestra cultura occidental, muchas
sabemos lo que significa serlo.
“[…] la mujer
siempre ha sido, si no la esclava del hombre, al menos su vasalla; los dos esos
jamás han compartido el mundo en pie de igualdad […] Incluso cuando se le
reconocen en abstracto algunos derechos, una larga costumbre impide que
encuentre en los usos corrientes su expresión concreta. […]" (p. 22)
No
me parece exageración, ni mucho menos mentira lo que nos dice Simone de
Beauvoir en la anterior cita. Sé que conocemos este tipo de servidumbre de
parte de las mujeres a los hombres, por ejemplo: papá en la casa no levanta ni
el plato donde comió, mucho menos lava o plancha. De varios hermanos, ellas no
pueden salir solas o a ciertos lugares por ser mujeres, pero ellos sí. Y por
último: las mujeres son las encargadas de cuidar a los hijos, son las
conocedoras, para eso nacieron mujeres, y los hombre no lo sabe hacer, son unos
inútiles al respecto. ¿Te suena algunos de estos ejemplos? ¿No te parece que al
final es verdad lo que se dice en la cita, por qué? Algo a mí sí me queda
claro: esto sigue siendo verdad para una gran mayoría.[1]
[1] La imagen fue tomada de http://www.kunstkopie.de/a/liotard-jean-etienne-1/dasschokoladenmdchen-vers.html