Día 365+233
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Tanto
los hombre como las mujeres, tenemos características físicas que nos distinguen
a unos de otros, por ejemplo: la menstruación es exclusiva de las mujeres,
¿Cuándo se ha sabido de un hombre que la tenga? (no podría decir qué pasa con
los hermafroditas porque soy ignorante al respecto, sólo puedo imaginar que si
se desarrollo más sus órganos internos reproductores, es probable que la
presenten) porque los hombres no poseen vagina, que es parte de todo este
perfecto órgano femenino que después de todo un proceso biológico hace que las
mujeres sangremos al no quedar embarazadas, ellos poseen un pene que también
pertenece a otro perfecto órgano sexual que hace que produzca espermatozoides.
Pero ¿por qué la menstruación es motivo de vergüenza, burla y mitos?
“A principios
de este siglo, en las refinerías del Norte, un reglamento prohibía a las
mujeres entrar en la fábrica cuando padecían lo que los anglosajones llaman la curse, la “maldición”, porque entonces
el azúcar se ennegrecía. Y en Saigón no se emplean mujeres en las fábricas de
opio: a causa de sus reglas, el opio se estropea y se vuelve amargo. […] Toda
cocinera sabe que es imposible cuajar una salsa mahonesa si se halla
indispuesta o simplemente está en presencia de una mujer indispuesta.” (p.150)
Tal vez lo que
acabas de leer te parezca una serie de tonterías, pero la realidad es que aún
en nuestro avanzado siglo XXI, existen mucho mitos y tabúes alrededor de la
menstruación. ¿Recuerdas a esa compañera de la secundaria que se avergonzó
porque macho su falda, y además el pupitre, al tener su periodo? ¿o cuando te
sacaron la toalla sanitaria y no querías que la vieran, es más que ni supieran
que estabas sangrando? ¿o en esas charlas que iban a dar donde hablan del tema
pero sólo podían estar mujeres? ¿o aquel comentario de que alguien olía
horrible por estar en esos días? ¿ cuándo no quisiste nadar así? Yo he sabido
que algunas mamás aún aconsejan a sus hijas no bañarse esos días. ¿De dónde
viene todo esto? ¿Por qué a los chicos no se les hace burla cuando tiene sus
primeras eyaculaciones? Todo parte de nuestra educación dominada por el
prohibir ver el cuerpo como lo que es, un cuerpo. Porque todo lo que se prohíbe
termina convirtiéndose en tabú, en curioso, en intocable. Que el sangrado es un
castigo divino, siendo que gracias a este proceso se puede seguir un proceso
vital para la vida, tiene que ver más con creencias absurdas, y poco
informadas, que con la realidad misma.[1]